Palabras de labios usados

Cambiando una vida por otra, horas por sentimientos, experiencias por momentos, un regalo mas grande que el mundo, abrir los ojos cada mañana. Respirar hondo, llorar por el siguiente amanecer, no dejar que marchen de este mundo, no dejar de pensar lo mucho que tu corazón puede crecer. Saltando el turno del justo, encontrando el lugar adecuado, para resolver su huida, el consiguió aliviar su infierno ciego, rompiendo la cárcel que aplastaba su corazón.

La echo de menos, la escucho, me intriga. No siento nada, mi corazón no late, no palpita mas, recordar el jamas, en el que algún día no podras amar

Por las incesantes lágrimas mudas, desde la distancia me observan tus ojos, en una fina cuerda se encuentra mi alma, perdida pero con rumbo. Oscura es la mirada con la que me compadeces, aun así me contradices, me inspiras, me restringes, cada aliento que necesito y tu aun así me exiges.

Un estruendo entre la bruma, el constante sonido que me hace callar, poder tocar el fondo sin respirar, vivir la tormenta después de la calma. Sentir la vida pasar, correr por mi regazo, sentir la fuerza, sentir la vida, sentir el frío de mis mil espinas. Nadando por mis lágrimas, cristalinas de mármol, no dejando pasar la espuma de la vida, sin escuchar las que me dieron la vida, respira.

Callarme la boca y no poder hablarte, verte a los ojos y no poder abrazarte, sentir que estamos al lado pero lejos, no distinguir entre los abrazos de dios y los besos de judas. Agarrarte fuerte y sonreír, pero cuando me correspondes no puedo ni verte, hacerte el día feliz y sin fuerza mi corazón se detiene, al verte, al ayudarme. Nunca sera odio o algo con mala intención, si mis palabras, gestos o abrazos te hacen que vuelvas a tener rencor. Ya eres de las primeras que pienso, cuando de un abrazo se trata, una mirada un pensamiento libre, sin duda no quiero ver que te fuiste, nunca pensar en que vuele mi corazón de tus raíces.

Nadar entre burbujas de un mar salado, que estallen con una mirada, con la fragilidad de una roca y la fuerza de una ola rota. Levantar la mano debajo de la agonía, salpicar el agua de mis pulmones que azotan mi futuro, tocando la muerte con una mano y la otra la vida que me da la orilla.

El frío me corrompe, como una copa de frío mármol, mis dedos se vuelven carbón, mientras en mis venas se derrite la nieve de tu amor. Por una mente difusa pasan impulsos, por la que le aprecian pasan dudas, en su corazón nace felicidad sin temor, sin rencor, dulces versos duros recorren su lengua, puesto que con su mirada un desierto se quedaría frío.

Duro es el hierro en que nacen mis dudas, frágil es la muerte que me a convertido, siniestro son los labios que me dan vida, labios que me desnudan e intimidan, el frío nace en mis venas y termina al principio y final de cada botella.

Las estrellas en un cielo de cartón, mojando ese cielo con un lágrima, lágrima llena de amor y pureza. Cayeron una a una, estrella a estrella, de ese cielo de cartón y madera. Conduciendo por el atardecer, nadando sin alas mi destino, renaciendo de la primera caída y preparándose para las próximas.

Esperando, a descansar, perderme, encontrarme, explotar, sentir, vivir, volver a caminar, correr entre el amanecer, respirar en la noche en su umbral. Caer rendido ante un intenso lupanar, que congela mi interior, y enseñar a mis cenizas a volar.

Caer rendido de mil formas, gemir a cuestas con otras mil, sin saber que sentir, sin comprender como vivir, yo imploro a mis marismas que siga el cielo añil. Mi cabeza se agacha calmada, tras las lágrimas de un San Valentín tullido, en el que mi corazón latía, no de amor y ni de lujuria ardía, ya que solo podía ver el interior, el interior del papel. Mientras mis lágrimas caían y mi tez se consumía, yo me decia, aseguraba y temia que mi un triste abrazo conseguiria

Navegando por mi corazón, una bandera perdida con rumbo fijo, con un destino oculto, un silencio que intriga a un corazón perdido. Sin rumbo es mi destino, sin destino son mis metas y sin rumbo mi mirada, que se cruza con odio, odio que yo no siento y detesto desde mi interior.

Volver a casa, tumbarte y llorar, no saber que hacer sin ti, recordar tus labios y llorar, buscar tus abrazos y no poder ni recordar tu olor, soñar con tu regazo y llorar por la falta de tu sonrisa. Lloro de algo mas que solo de pena, siento que me quedo seco desde que no me besas, desde que no puedo respirar, ya no puedo imaginar como volvería a ser la vida sin lo que mas quiero, quiero sonreír, pero mis lágrimas no me dejan. Ya no uso otro verbo que no tenga l y r, no uso versos sin falta de lágrimas, no creo en la vida sin dolor y alegría, esa ya es una realidad muy fría. A aquello lo llamaban amor, lo que sentía era deseo, y ahora solo recuerdo todo lo que te extraño y ya no veo mas allá de mi baño lleno de lágrimas.

Tocar el cielo y sentir las nubes, tumbarte en la hierba y notar el agua, dormir en los arboles y respirar libertad, gritar alto y sentirlo todo. La triste sensación que es la vida, todo lo real que puede ser, todo el miedo que puedo llegar a tener siempre con mis latidos acompañando a mi destino. El ambiente esta frió, congelado, todo se vuelve lento y turbio, como si la luz y la alegría volasen hacia la oscuridad, en un lugar que los abrazos no han sido diseñados. Y al final, al terminar de expirar mis ilusiones, pensando y sintiendo mas allá de lo que es la palabra sentimientos, no comprendo mas de lo que me dieron y e visto, todo comprendido en este sueño banal.

Hay cosas que solo se pueden decir al oído, cosas que solo merecen ser susurradas, solo eso cosas, pero algunas son mas importantes que yo mismo. Cosas que me hacen temblar, susurros que terminan con un suspiro, una sonrisa, un beso, una mirada. Los susurros son mágicos, consiguen hacer temblar piernas, alzar sonrisas y mostrar almas. Esos susurros son tuyos, los que me hacen alzar la vista, sentarme y sonreír, vivir mil sonrisas entumecido entre tus caricias.