No se huye de la libertad
En la oscuridad de la noche, mientras las sombras te acarician el alma, y tus pelos se erizan, en tu cabeza una sombra andante de persigue. Entre las ramas del bosque nada puedo ver, me ensordece la música del silencio, no puedo distinguir mañana y tarde, se que no puedo alcanzar la salida si vivo en la libertad. Mis ojos se tiñen de rojo, mis pupilas se dilatan para admirar todas mis posibilidades, para avisarme de que estoy listo para todo, puedo alcanzar la velocidad que marque mi corazón, puedo destrozar todo lo de mi celda de cartón. Mis fuerza salvaje no tiene limites entre el barro, no hay obstáculos entre las lágrimas de la lluvia, no hay temor entre la fuerza de los relámpagos