Y las rosas no volaron más
Poniendo el dedo en tus labios, consigo que calle mi alma, un respiro que no dura mas halla de un instante. Un sentimiento tan frágil como un beso, que te congela por fuera y ya no consigues moverte ya de simple pánico, pánico de pisar las rosas que vuelan. Nunca les hicieron falta, jamas pedirán ayuda, nadie las entiende, ni yo pude verlas de otra forma. Hasta que por fin te rozan, te enamoras de sus espinas que no te das cuenta, pero si te atraviesan la piel, se quedan dentro de tus manos temblorosas, que solo pedían la comprensión de entender a esa rosa. Un ultimo beso fue lo que necesito en cielo, pero nunca mas llego a recibirlo, pues la rosas jamas volvieron a volar, en mis mano estaban encerradas por sus propias espinas.