Entradas

Mostrando entradas de enero, 2017

Un problema llamado felicidad

No quiero nacer en lugares que las aceras resbalen lágrimas, no quiero ver todos los rincones obscuros que tiene el sol, no quiero descubrir tus gritos, lo que quiero es desahogar mi ira en tus labios de fuego. Arrancando quieto los ladrillos de mi vida, construyendo los músculos que una sociedad me a enseñando, maquillando mi visión para ver lo hermoso horriblemente desesperado. Nacido entre marcas, señalado con una etiqueta en la frente, todo es reembolsable, mientras en tu cabeza las noticias te forjen una mente inestable. Y en algún lugar, la alegría de un tambor, el sonido de las palmas, el habla que domina los gesto, no los hashtags y por ello florecen sonrisas y ninguna manchada de gas negro, un lugar con un problema llamado felicidad.

Lágrimas del cielo

La lluvia mojaba transparente los caminos devastados por un amor incandescente como en los viejos y grises tiempos en los que recordaba el momento clave en el que me enamoraste. Hoy me llama la nostalgia a la puerta de mi casa destruida, convertida en escombros así encontró mi alma. Mojado sobre mojado la técnica de mis lágrimas para limpiar todo lo pasado. Limpiar un amor aún no olvidado

Ahora tú eres la protagonista

Despertarme cada día sintiendo tu piel rozando la mía, caminando entre cada sueño mutuo, cada pesadilla, cada ronquido. De todo lo que ocurrió y pasara eres la reina, todo lo que sucederá en la noche seras la princesa, la protagonista de una historia imperfecta, pero a cada capitulo las sonrisas aumentan mas y mas. ¿Sabes cual es mi mayor temor? Que nuestra palabra se desgaste, se que hunda en el barro y no la podamos encontrar, que un que tus palabras sean dulces, de mi boca no salga nada mas. Mi corazón sigue dando botes cuando tu ropa vuela, cuando me sonríes entre caricias y picardias, mientras yo te beso tímido agarrándote fuerte, tu siempre seras la princesa que controla mis manías. Solo te pongo dos condiciones, lo te pido que me abraces cada noche, solo te suplico que me sonrías por cada reproche, ahora tu eres la protagonista y tu pones las condiciones.

Tu corazón se conecta

Me asustaría de mi mismo, si no supiese que soy el único que me tiende la mano, lo único me me mantiene vivo, en lo que me apoyo, en mi mismo, en mis mente que brilla mientras todo se ennegrece. Cuanto más grite, más os empuje, más tiempo mis llantos serán apartados, callados por la indiferencia, por una espalda dada la vuelta. Mi voluntad rueda como las gotas de agua, caen sobre la piedra dura y estallan en soledad, sin que nadie escuche su silencio, sin que nadie las mire agonizar. Vuelan entre el aire que sigue su camino, frío, desolado, sin nadie que lo vea mas el mismo, mientras el lo observa, comprende y sufre todo. Llega un momento en el que tu corazón se conecta, en el que se funde con el todo, y aprendes a que cada misero momento, es todo una explosión de sentimientos encontrados.

Sabes que ángeles hay muchos

Cada ángel que cae, que vuela, deja un rastro de plumas y alas mordidas. Todos ellos han volado delante de mis ojos, mostrándome lo que hay en cada mundo, en cada universo que inventa un simple beso. Ellos siguen armados de trampas, secretos inconfesables, ojitos cerrados que te ven desde lo negro, mientras el frío te conquista desde los pies hasta el alma. Aturdido, desconfiado, no sé porque pasear por parques desolados, si cada ángel trae la figura de una mujer manchada de sangre usadas por ti, vuelan y vuelan buscando un hombro en el que posarse y comer sus huesos asta saciarse, sin temor, sin rencor, ellos viven pegados a demonios. En los cielos llueve, hace frío, el viento es suave, y por las mañanas río. Sin duda, desconsolada, a los ojos os miraba y terminaba en las esquinas aterrorizada, esa es mi alma. En los cielos llueve, hace frío, en el invierno los ángeles abrazan a los demonios, queman sus alas, y el...

Fuerzas mermadas

Mis brazos caen rendidos por el aire espeso, por la fuerza de la gravedad que en cada momento me obliga a frenar, a detenerme y pensar, una vez mas. Hasta mi cabeza cansada me pide a gritos que me detenga, que de suspiros a mis músculos, dejar tiempo entre los latidos, esperando a que el frío se convierta en fuego, para volar por el cielo, como un fénix libre de su jaula roja como mis mejillas. Es retorico que mi mente pueda volar por miles de mundos, y que mi cuerpo no pueda ni caminar por uno, tan estúpido y tan cierto, como si el destino me castigase por algo que haya hecho ya, como si fuese culpa mía no saber volar, terminar desmayado por los gritos de un cuerpo que me dejaba sordo con sus desesperación.