Fuerzas mermadas

Mis brazos caen rendidos por el aire espeso,
por la fuerza de la gravedad
que en cada momento me obliga a frenar,
a detenerme y pensar,
una vez mas.

Hasta mi cabeza cansada me pide a gritos que me detenga,
que de suspiros a mis músculos,
dejar tiempo entre los latidos,
esperando a que el frío se convierta en fuego,
para volar por el cielo,
como un fénix libre de su jaula roja como mis mejillas.

Es retorico que mi mente pueda volar por miles de mundos,
y que mi cuerpo no pueda ni caminar por uno,
tan estúpido y tan cierto,
como si el destino me castigase por algo que haya hecho ya,
como si fuese culpa mía no saber volar,
terminar desmayado por los gritos de un cuerpo que me dejaba sordo con sus desesperación.

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