Tu barco nunca zarpó

Tú elegiste el barco que nunca zarpó,
yo el avión que no hace más que despegar,
mientras tú solo quieres mojarte,
yo estoy harto de navegar por los cielos.

Pero aunque más cansado no pueda estar,
el tiempo no ha pasado,
porque nunca olvidé lo que era surcar las palabras,
surgidas te tu lengua húmeda de pasión.

Pero sigo frío,
como las primaras canciones de green day,
las que te congelan por dentro.

Yo nunca jamás te olvide,
al revés de la censura y mis labios,
porque tus piernas y el ritmo de tu corazón

jamás detendrán los violines de la banda sonora de nuestra vida

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ese árbol perfecto

Puentes en construción

Sin cabeza, sin control