Y las rosas no volaron más
Poniendo
el dedo en tus labios,
consigo
que calle mi alma,
un
respiro que no dura mas halla de un instante.
Un
sentimiento tan frágil como un beso,
que
te congela por fuera
y
ya no consigues moverte ya de simple pánico,
pánico
de pisar las rosas que vuelan.
Nunca
les hicieron falta,
jamas
pedirán ayuda,
nadie
las entiende,
ni
yo pude verlas de otra forma.
Hasta
que por fin te rozan,
te
enamoras de sus espinas que no te das cuenta,
pero
si te atraviesan la piel,
se
quedan dentro de tus manos temblorosas,
que
solo pedían la comprensión de entender a esa rosa.
Un
ultimo beso fue lo que necesito en cielo,
pero
nunca mas llego a recibirlo,
pues
la rosas jamas volvieron a volar,
en
mis mano estaban encerradas por sus propias espinas.
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