Pecho quemado, etiquetas mojadas y sonrisas muertas
Dormir
con los ojos tapados,
una
sonrisa y más del mil lágrimas,
así
son mis carcajadas,
así
son todas mis baladas.
Todavía
no he conseguido arrancar mis etiquetas,
golpearlas
contra la pared agachando la cabeza,
enmudeciendo
mis gestos,
como
si agua fría rozase mi piel.
Entre
el frío de mi piel mojada,
busco
la lógica de que mi pecho arda,
aun
sigo,
buscando
cada instante en el que tu me hayas percibido.
Yo
ya no creo,
que
ni si quiera contigo consiga respirar.
Mi
boca llena de humo aunque el fuego esté fuera,
fuera,
más lejos que mi vida,
pero
más cerca que el mañana,
futuro,
perdido
entre muros,
llenos
de etiquetas que no se queman,
mojadas
quedan,
atadas
a mi estela,
loco
me llaman por sonreír en los cementerios,
y
porque no alegrarse,
de
la persona que encontró la respuestas que busque desde el inicio,
suspiro.
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