Sonrisas pintadas
Pisar fuerte el suelo, nacido de las cenizas, tocando la hierva muerta, siguiendo la equis roja que marca el camino. Nunca me daré cuenta, pero las flores crecen a mi paso, detrás de lo negro, detrás de lo muerto. Renazco y vivo como un muerto si aliento, con campanas sonando por todos los pueblos, respiro y aún vivo. Siento todas las pausas que he cometido, todas las lágrimas que me he callado, sin dudarlo, se que mi alma ha acabado manchada, desgarrada, pero no me arrepiento. Hoy en mi cara más bien llamada cuadro, en el una sonrisa por fin en pintado.