Enterrado entre brazos
Intimidad,
no
dicen que es más que un derecho,
pero
no veo que la gente quiera respetar más de lo que ve,
más
de lo que les pueda mostrar el ejemplo.
No
son ni caricias ni simples abrazos,
son
las manos que me aprietan la garganta,
que
me atan entre cadenas y no me dejan volar,
un
pájaro aleteando de angustia mientras pierde sus plumas.
Un
pájaro negro que no deja de gritar
y
mientras,
sus
sueños emigran más allá de lo visible,
de
lo que propiamente importa
y
lo propiamente dicho.
Puesto
que yo no pido porque nadie me lo ha dado,
ese
mensaje que nunca me ha llegado,
ese
aviso que no pedalease por eses caminos,
hacia
eses oscuros gritos vacíos.
Un
chasquido es lo que escucho entre cada aleteo,
porque
mi corazón ya no vuela
y
mi cuerpo sigue atado entre brazos
pero
lo que yo siento es la garganta cerrada por tu obsesión
Comentarios
Publicar un comentario