Veneno inducido al vacío

Hurgando entre mis adentros,
no hallo mas que frío y silencio,
vendas que cubren mis labios,
gritos que nunca han salido por cada grieta de mi piel.

Escapando de mis ataduras mis ojos se rasgan,
mi garganta se enrojece por mi fuerza
y jamas sabe que paso con mi aliento.

Mientras las palabras vuelan sobra mí,
no puedo evitar pensar,
pensar sobre todos los corazones que nunca vieron
cada grieta de mi piel hasta el fondo de mi cuerpo.

Todas las grietas que fueron abriendo cada persona,
todos lo orificios que jamas podre tapar,
que jamas conseguiré limpiar de odio,

veneno inducido al vacío.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ese árbol perfecto

Puentes en construción

Sin cabeza, sin control