Un corazón encallecido

El hielo y las ganas de estornudar,
son constantes en este corazón mio,
como tambores que golpean mi corazón,
gritan los lobos por tu vuelta.

Mientras la soledad toca el piano,
mis brazos añoran tus caricias,
tus palabras,
tus amenazas.

Mis labios pelean por el territorio de tu piel,
los susurros llenos de lágrimas,
los polvos llenos de abrazos,
las palabras llenas de barro.

Tapándote la cara desde la distancia,
acallando el fuego de mi alma,
quiero volver a gritar con ganas,
que se retire el silencio,
pero vuelva la calma,
una calma seca de lobos.

En mi boca fluye el aliento de la soledad,
entre mis dedos renace una fuerza,
encontrada mas allá de la luna
y los astros que tu has podido soñar.

Yo no pido que vuelvas de la tumba,
ni que hullas de las cuevas,

solo pido que ablandes cada callo enterrado en mi corazón

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