No precisamente primavera

Un diciembre frío que nos coge por sorpresa
después de días áridos, de sequías, de incertezas.
Ahora tu mirada, aún cálida,  llena de belleza
los copos de nieve a los que tú llamas mis mejillas.
Soñaba en la noche que me abrazaban tus besos
que me buscabas entre tus sábanas
como en aquellos tiempos ahora tan viejos.
No tardaste mucho en ser mi inspiración
ni yo en convertirme en tu artista,
para ahora pintarte en las sombras de mi cama.
Entre los recovecos de tu cuerpo
buscando me encuentro un refugio, pero
¿No serán si no tus ardientes labios
donde poso los míos, ateridos

el lugar perfecto para pasar este diciembre frío?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ese árbol perfecto

Puentes en construción

Sin cabeza, sin control