Una gran responsabilidad

Los paraguas negros que recubren la calzada,
las almas que caminan juntas tras una estela de dolor,
todos siguen a la chica rubia que ya no tiene labios.

Todo sigue tras la lluvia enfrente del 36,
ella es la flor amarilla que brilla pero se marchita,
por toda la angustia,

todas las almas le dicen que vuelvan,
que regrese a casa para ahogar sus penas y que vuelva a brillar,
aun que el siempre estar de tras ayudándola.

El sigue abrazándola desde las sombras,
protegiéndola de si mismo,
porque el sabe,

que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ese árbol perfecto

Puentes en construción

Sin cabeza, sin control