Pequeñas cosas

Ahora mismo no puedo ver tu misma realidad,
no puedo comprender lo que paso hace un suspiro
pero aun asi lo recuerdo, se que acurrio,
se todo lo que sentimos.

No pienso leerte, no tengo ganas,
no congeniamos, eso está claro.
Vale, tú ganas.

Ya no tengo ojos para ángeles quemados,
para estúpidas almas perdidas que me dificultan el paso,
sí, ese paso tan preciado a la libertad.

Piso tan fuerte que nadie me escucha,
grito tan alto que jamás me oirán,

y lloro tan bajo que solo soy una imagen.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ese árbol perfecto

Puentes en construción

Sin cabeza, sin control