Esa extraña mujer
Nadie
podría pensar en tantos obstáculos,
tu
jamás podrás concebir tal dificultad,
tal
problema.
En
mi cabeza reside una angustia diaria,
reanimada
cada noche para destruir mis sueños,
todos
ellos.
Una
luz consiguió cambiar la inmensidad turbia,
un
cableado enquistado en la cabeza de porcelana de lo mas bello que e
visto.
Mi
corazón, en ese momento, brotó las raíces de la ilusión.
Sentía
la vida en un instante,
vivía
la normalidad del amor.
Solo
sabia que era un final para un camino de espinas.
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