Esa valla oxidada

Mi madre me dijo que no lo tocara, pero quiero.
Mis amigos me dicen que no me atrevo, puede ser cierto.
Me duele tanto la cabeza, sin duda es verdadero.

No se a quien le abre echo caso,
pero solo se que ahora no tengo a nadie mas.
Mi madre sigue siendo un ángel.

Pero yo por imprudente, valiente, imbécil.
Ahora siento que me duele mucho,
mi pelo esta bañado con sangre y mentiras,
con falsos apoyos.

Por esta sangre oxidada nunca podre abrazar a mi ángel de esperanza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ese árbol perfecto

Puentes en construción

Sin cabeza, sin control