Érase una vez...tú

En mi historia interminable no hay un príncipe, ni una princesa, ni un dragón con el que volar sobre su lomo, ni tampoco está en Fantasía, ni en Camelot, ni en Narnia...No. En mi historia está él. 
Él era esa sombra oscura que se paseaba por los pasillos de mi cabeza, él que no me dejaba pensar en otra cosa además de en sus labios, y el tan irritante misterio que yo quería resolver. Él era la pieza que siempre se pierde, la pieza que le da sentido a tu vida cuando hace que la busques, porque el amor es un objetivo en la vida.  Él era tantas cosas que por eso lo llamo "Amor".
Él tenía un sin fin de problemas, problemas que yo quería resolver. Confieso, que no tenía intención de enamorarme, solo esperaba que alguien me necesitase. Pero cada día necesitaba ver una vez más al chico enfadado con el mundo. La agresividad con la que destrozaba mi rutina, su forma de hacerme sentir bien, era increíble. Esos enormes ojos en los que podía ver reflejada a una niña reservada y nerviosa. Su mirada era un espejo, pero un espejo empañado por emociones contradictorias, dolor, amor, furia y soledad. Me hacía sentir completamente desnuda.
Y yo qué era? Pues era la pieza que no encajaba en ninguna parte, menos en sus labios.
(Siempre haces que me tiemblen las manos al escribir)

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